Anemone es una instalación de arte que destinada a enaltecer en conjunto la experiencia estética y táctil, una combinación considerada generalmente fuera de los límites del mundo del arte contemporáneo. Con demasiada frecuencia, las instalaciones de arte son consideradas como objetos preciosos, casi sagrados y aun cuando están destinadas a ser apreciadas por su belleza estética pocas veces ofrecen la opción de interactuar con el ser humano.[Mas información y detalles después del salto]
En otras palabras, las instalaciones de arte están creadas para ser vistas y no sentidas. Reconociendo que la participación humana es uno de los factores claves en la creación de una rica experiencia, Anemone ha sido diseñado con la idea de interacción como uno de los elementos clave en su diseño.
A primera vista, la pieza esta destinada para ser vista como un objeto elegante y simple, con ondulaciones sutiles que envuelven sus paredes lisas y las esquinas suavemente dobladas. Dando un segundo vistazo, más profundo, se descubre que, al igual que los tentáculos erizados de su homónimo, la anémona de mar, la superficie de la pieza es en realidad la acumulación de miles de barras transparentes.
Cada una de estas barras se inserta a profundidades gradualmente cambiantes, creando así un efecto ondulante. Esta ondulación tiene como intención evocar un sentido de curiosidad acerca de su construcción, uso, sentido del tacto y materialidad fomentando así las diferentes formas de interacción con el ser humano.
Los elementos se encuentran diseñados con esa interacción en mente, incorporando un simple muro y bancas para que la gente se siente. Al centro de la instalación se encuentra un elemento con forma de mesa/cama bajo una marquesina voladiza.
